El Índice de Transparencia en Infraestructura Pública (ITI) mide los niveles de transparencia y calidad de los procesos de divulgación relacionados con la infraestructura pública, diseñados de manera colaborativa y basados en buenas prácticas internacionales y lecciones aprendidas. Su objetivo es mejorar el desempeño de la rendición de cuentas y la transparencia a nivel de las entidades contratantes.

La metodología ITI

El Índice de Transparencia de la Infraestructura (ITI) se basa en cuatro pilares conocidos como dimensiones, que son: entorno propicio, capacidades y procesos, participación ciudadana y divulgación de información.

La primera dimensión evalúa el contexto nacional o subnacional con su marco legal. Los indicadores de la primera dimensión se evalúan utilizando información que normalmente está disponible en fuentes en línea, como sitios web que contienen marcos regulatorios nacionales e información centrada en la transparencia, la contratación pública, la infraestructura pública y las finanzas públicas.

Las otras tres dimensiones evalúan las capacidades y los resultados de transparencia en las entidades contratantes (estas son las agencias estatales que desarrollan infraestructura pública). Los datos necesarios para evaluar los indicadores de la segunda y tercera dimensión se obtienen mediante una encuesta a un funcionario. Para la cuarta dimensión, los indicadores se evalúan utilizando información que normalmente está disponible en fuentes en línea, como sitios web que contienen datos sobre proyectos de infraestructura pública, adquisiciones públicas y otros sitios web que muestran información relacionada con la infraestructura pública.

Principios ITI

El diseño y desarrollo del ITI se basa en los siguientes principios:

  • Relevancia: ofrece información sobre el marco legal de transparencia, las capacidades institucionales y datos e información publicados sobre proyectos de infraestructura y sus contratos.
  • Integralidad: utiliza un conjunto integral de indicadores que permite una evaluación amplia del sector de infraestructura y una evaluación en profundidad de una entidad de adquisiciones.
  • Simplicidad y confiabilidad: los métodos para recopilar y procesar datos son simples, por lo que los resultados se entienden fácilmente y pueden ser utilizados por diferentes partes interesadas.
  • Replicabilidad y objetividad: cualquier persona que replique la metodología ITI debería poder obtener los mismos resultados y presentarlos en informes formales. La metodología incluye procesos específicos diseñados para reducir la subjetividad en el proceso de recolección de datos.

Además, cada vez que el ITI se implementa en un país, provincia o estado, el proceso se guía por los siguientes principios:

  • Imparcial: la metodología ITI y su implementación se llevan a cabo a través de un tercero independiente con experiencia relevante.
  • Periódica: la evaluación se realiza periódicamente (anual o bianualmente) para ofrecer tiempo entre evaluaciones para mejorar la transparencia, la rendición de cuentas y la gestión de la entrega de infraestructura.
  • Preciso: los resultados de los indicadores se determinan utilizando fuentes primarias de información provenientes de sitios web nacionales y encuestas a funcionarios públicos clave.
    Específico: la puntuación de cada indicador se determina en función de un único dato. La misma información no se reutiliza para determinar la puntuación de otros indicadores.
  • Informativo: los resultados ofrecen una instantánea de las entidades contratantes evaluadas, que arrojan luz más ampliamente sobre la situación nacional o subnacional.
  • Evolución: en jurisdicciones donde hay una gran cantidad de entidades de adquisiciones, la cantidad de entidades evaluadas crecerá con el tiempo para ofrecer una representación más completa del contexto nacional o subnacional. Además, se espera que el ITI sea revisado y actualizado después de algunos años para garantizar que siga ofreciendo orientación relevante para la transparencia en la infraestructura pública.
  • Constructivo: el ITI puede ayudar a las partes interesadas a trabajar juntas para comparar el nivel de transparencia de las entidades y países contratantes, mientras monitorea cómo estos cambian con el tiempo.

Como ocurre con cualquier otro índice, el impacto del ITI depende del grado en que sus resultados sean utilizados por los responsables de la toma de decisiones.

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